#ElPerúQueQueremos

One time

Publicado: 2010-11-09

Es bengalí. Tiene 27 años. Ojos negros grandes, habla inglés, francés, paquistaní, hindi y algunas palabras del chino. Se acerca a la barra, a la mesa o también lo encuentras caminando en Lavapiés. Sabrás de él metros allá por su claro, sonante y dulce “amigo” que acompaña con los brazos en alto. ¿Un café? O sabrás de él en La Latina, Callao, Ópera, Chueca o Tribunal mientras trabaja. Antes tendrá tiempo para hablar contigo con una capa de sonrisas que confieso por segundos se diluye cuando afirma, en inglés y como musulmán, que su suerte algún día cambiará y que Dios sabrá cuándo.

Llegó a Madrid hace casi ya dos años. Primero fue Francia. No. Muy caro. Después Italia. Más difícil. Y ahora con los 400 euros que gana al mes grita por encontrar otro trabajo. 200 euros serán para su madre y hermano y hermana y sobrino y sobrina y los médicos que curan a su madre y que convence para pagar la cuenta en partes. Y 200 para la habitación y la comida. One time. No más. A las 5 de la mañana. Una vez al día.

Y de 8 p.m. a 3 a.m. te ofrece relojes, llaveros, ánimos y lo que esta ciudad ya no oculta. En Bangladesh vendió su casa, su auto y su tienda y hoy en Madrid se enfrenta al ánimo de la policía y principalmente de los jefes de los restaurantes o bares que lo dejan o no entrar. Le dicen que no y él no lo duda y se aleja. No agacha la cabeza. No quiere molestar y no le gusta vender en la calle. Antes en un kebap ganaba un euro por hora. Todos los días. Los siete. Y si no quería, fuera. Y se fue. Para él es muy importante mantenerse activo, caminar todas las noches para así poder enviar dinero a su familia. “Mi familia quiero que coma tres veces al día. Que esté all time relax”. Y si no lo has visto, quizá sí a uno de sus amigos o compañeros que trabajan en el mismo horario y en esta cada día más diversa ciudad. Ah, cocina rico, dos veces por semana y es hincha del Real Madrid. Del Manchester ya no. Y cansado va pero eso a él no le importa. Te mirará y te dirá que todo va muy bien, algo calladito.


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La noche olivastra

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